En los días 10 a 12 de septiembre, el grupo de las hermanas de la Misión Guatemala se reunió en la fraternidad de Playa Grande – Ixcán, para realizar la última asamblea de este año. Estuvieron presentes las hermanas de las fraternidades de San Luis Jilotepeque, Guajitos e Playa Grande, y la presencia alegre y animadora de Hermana Beatriz Catarina Maestri – Ministra Provincial.

Las Hermanas de la fraternidad de Playa, Lourdes Tereza, María y Margarita aguardaban la llegada del grupo con una rica cena y una calorosa acogida.

La asamblea fue marcada por momentos fuertes como: compartir la vida y la misión, tiempos de oración, celebración de los 20 años de presencia de las hermanas en Playa Grande,  reflexión y decisión sobre el redimensionamiento de esta fraternidad para otra Diócesis y estudio del tema: “Entre Casas y Caminos…” de Fray Carmelo Hernández/ocd.

El texto nos interpela a rever y retomar nuestra metodología de trabajo, a trabajar la cuestión de las culturas, a soñar en grande, pero dentro de nuestras posibilidades; nos provoca a dar nuevos pasos, a ser presencia de esperanza, anónima, con prudencia y muchas veces en silencio.

Pero, sentimos que no estamos solas. Dios camina con nosotras. Él nos reúne y nos envía en misión.

El punto más importante, que mereció nuestra atención en la asamblea fue la reflexión y decisión del redimensionamiento de la fraternidad de Playa Grande para Pueblo Nuevo Viñas en la diócesis y departamento de Santa Rosa, donde las hermanas tendrán distintas posibilidades de trabajos.

Tomamos también un tiempo de la asamblea para hacer memoria de los años de presencia de las hermanas en Las Margaritas y Playa Grande, donde comenzó la misión en Guatemala. Fueron años de bendiciones del Señor y aprendizado con el pueblo, y al mismo tiempo, de dedicación, de empeño, de esfuerzo para vencer los grandes desafíos por las diferencias culturales, grande número de comunidades (120), las distancias y falta de medios de transporte.

Concluimos la asamblea con un momento de acción de gracias por lo vivido con este pueblo y votos de buenos deseos para que la nueva misión sea un espacio donde, como Clara, Francisco y nuestras primeras hermanas, vamos descubriendo nuevos caminos y aprendizado.