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16 Fevereiro 2014
Sencillo testimonio

50 años de Vida Religiosa de la Hermana Thereza Makowska

Congregación de las Hermanas Catequistas Franciscanas

11 de febrero de 1964 – 11 de febrero de 2014

Fiesta de Nuestra Señora de Lourdes

“Vosotros sois la sal de la tierra…

Vosotros sois la luz del mundo…

Brille así vuestra luz delante de los hombres, paraque vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos” (Mt. 5, 13.14.16)

 

Con estas palabras de Jesucristo en su discurso de la montaña, quiero comenzar estas líneas, como un sencillo testimonio de lo que he visto en la Hermana Thereza Makowska, durante el tiempo que la he conocido.

Ella vive en la Fraternidad Santa Clara, junto a la Hermana Dulcemari Ruviaro, desde  marzo del año 2010. Su casa está ubicada en la Parroquia La Ascensión del Señor (Pudahuel - Santiago de Chile), donde trabaja en comunión con su Párroco P. Moisés Atisha.  Además trabaja en la Vicaría de la Zona Oeste del Arzobispado de Santiago, junto a Monseñor Galo Fernández Villaseca.

Su misión ha sido la de ser luz del mundo y sal de la tierra (cf. Mt 5, 13 -14), con su trabajo silencioso y fecundo, con su testimonio de paciencia y perseverancia, superando las dificultades del idioma, confiada sólo en la fuerza del evangelio que nos asegura la asistencia del Señor todos los días hasta el fin de la historia (cf. Mt. 28, 20).

Su trabajo pastoral está dirigido a lo que el Papa Francisco ha llamado “las periferias existenciales”. Su empeño ha sido trabajar por aquellos que la vida moderna va dejando de lado, por no ser productivos y ser considerados muchas veces una carga para los demás: los adultos mayores. Ella ha captado en cada adulto mayor el rostro de Jesucristo y, junto con servirlos, les ha dado el impulso para tomar el protagonismo en la misión de la Iglesia, especialmente en la educación de los niños y jóvenes. Es sabido por todos que en la vida de la gran ciudad, los niños y jóvenes queden solos por la necesidad de sus padres de trabajar para lograr el sustento familiar. Los adultos mayores haciendo las veces de padres, están cumpliendo una labor fundamental en la promoción humana y cristiana, transmitiendo los valores del Evangelio a las nuevas generaciones.

La hermana Thereza se ha consagrado a Jesucristo y con su trabajo silencioso da sentido a la vida de tantos adultos mayores que sienten sus fuerzas debilitadas por su avanzada edad, y les impulsa a ser discípulos misioneros al interior de sus propias familias y comunidades. En ellos se cumple lo que enseña el apóstol San Pablo: Dios escoge lo débil para confundir lo fuerte (cf. 1Cor 1, 27).

Ha sido fiel al carisma de su Congregación; como franciscana ha servido con simplicidad, disponibilidad y alegría en la educación y catequesis, mirando hacia la construcción del Reino de Dios, en medio de los predilectos del Señor: nuestros hermanos más pobres.

He podido apreciar cómo en su vida se da la amistad con Jesús, especialmente por su cercanía a la Eucaristía. Temprano en la mañana, haciendo oración en comunidad frente a Jesús Sacramentado y por la tarde con la celebración de la Misa, alimento de vida eterna. Su devoción y confianza filial a la Santísima Virgen es una característica de su vida consagrada. Así se explica una consagración de 50 años de vida religiosa. Al mismo Cristo que ama en su oración personal lo sirve después en aquellos que le toca encontrar cada día, con la ternura de una madre.

En lo personal he podido experimentar en ella un apoyo y cercanía que han enriquecido mi ministerio sacerdotal, siendo fuente de alegría y de simplicidad en el servicio a los demás.

Agradezco haber conocido a la Hna Thereza y ruego al Señor le conceda muchos años más de fecundo trabajo apostólico en la parroquia. En la Eucaristía y el Rosario de cada día, encomiendo sus intenciones y pido al Señor conceda muchas y santas vocaciones a la querida  Congregación de las Hermanas Catequistas Franciscanas, que puedan venir a reforzar el trabajo apostólico de la Hermana Thereza.

P. Diego Ossa Errázuriz

 

Durante la tarde de un caluroso marzo de 2010, fue el primer encuentro con la Hna. Thereza. Ella recién llegada a nuestras tierras, se encontraba con la Hna. Dulcemari, para comenzar un nuevo evangelizador, sembrar en las tierras de Lo Prado y Pudahuel el evangelio.

No nos conocíamos, recién estaba llegado a la parroquia. Parecía como una verdadera “magia” del Espíritu del Señor hacernos coincidir en tamaña empresa.

Ella de menudo físico y con un español no del todo fluido se ofrecían para acompañar a los que hoy el papa Francisco nos indican que están en las periferias sociales y existenciales.

Con una paciencia y una disponibilidad que yo admiro desde el primer momento, la tarea que emprendimos fue conocer la parroquia, sus comunidades, la situación de las personas que estaban para ser acogidas en el nombre del mismo Señor. Este fue un camino que con la ayuda de ella fue regalando luz para descubrir cuál era la parte de la viña que tendríamos que cuidar y servir.

Con su atento escuchar y con la manera de ser cercana, la Hna. Thereza fue llamando y convocando para el trabajo de llevar a una vida cristiana a los que están en el entorno parroquial. Colaborar en la catequesis y con los catequistas ha sido lo más propio para responder al carisma, pero se ha dedicado con profundidad, cariño y decisión a las personas de la tercera edad y a acompañar la pastoral social. Estos han sido descubrimientos para ella de vetas pastorales nuevas, donde su forma de vivir la consagración religiosa le han permitido una presencia significativa y eficaz en medio de estas realidades dolorosas, y al mismo tiempo, tan llenas de Dios.

Personalmente la presencia de la Hna. Thereza es de un desafiante estímulo, con los muchos años menos que tengo, verla en su entrega, en su amor a Señor y a la Iglesia, hacen que no me conforme y vea en ella un ejemplo de fidelidad. Dar gracias a Dios por su presencia y cercanía y pedir para ella la bendición de Dios y la sencillez de san Francisco.

Moisés Atisha, pbro.

Párroco de La Ascensión del Señor.

Informações adicionais

  • Fonte da Notícia: P. Diego Ossa Errázuriz e Moisés Atisha, pbro
  • Enviado por: Irmã Tereza Zardo

Comentários  

#4 Jerônimo Makoski Fernandes 01-03-2014 22:13
Obrigado Senhor!

Pela honra de sua companhia!

Orgulho incondicional de toda Família!

Especialmente minha!

São Francisco e Clara estão felizes, por saber que existem pessoas como você!

Que Deus vos conceda muita saúde e forças!

De seu sobrinho Jerônimo.
#3 ZELIA MARIA BATISTA 18-02-2014 10:22
PAZ Y BIEN HNA THEREZA!!!
Bendiciones desde la Patagonia de sus hermanas : Paulina, Zelia, Jucelia e Adriana....Que lindo testimonio de sus hermanos sacerdotes. Me quedé comovida al leer todo lo que escriben de la mision en Chile...Gracias hermana por tu fidelidad y alegria en el seguimiento de Jesucristo...
#2 Eliza Schafaschek 17-02-2014 16:35
Querida hermana Tereza. Cuanto me alegro de todo lo que han escrito respecto tuyo. Seguramente, la celebración de sus 50 años de consagración religiosa ha sido una savia fuerte para la continuidad y perseverancia en la difelidad a Jesucristo.
La felicito por este momento tan significativo para vos. Mantengamonos en comunión y fraternidad.
Hermana Eliza
#1 Dulcemari 16-02-2014 17:11
Testimonio de vida y misión profética.
Que Dios bendiga siempre su vida.
Hermana Dulce.

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