Desde el 9 de enero de este año, por primera vez, mis pies pisaron con mucha alegría y respeto un pedacito del gran Brasil. Con corazón abierto para acoger un mundo nuevo, una cultura diferente de la mía, un pueblo también acompañado por Dios…
¿Para qué llegué?
Fui invitada por la Congregación a participar a los encuentros de:
“Na Fonte” y “Missão Alem Fronteiras”. Ambos se realizaron en Laurentino.
Los dos Encuentros-Retiros, han sido una rica experiencia, pues tanto el contenido, las actividades realizadas y especialmente la convivencia fraterna con las hermanas, son una fuente que ayudan a fortalecer la misión y el carisma, especialmente son una motivación en mi caminar vocacional.
Pero mis pies no se detuvieron ahí.Tuvela oportunidad de conocer otros lugares…
Uno de ellos fue Rodeio, “Casa Madre”, donde participe en la Celebración de los 102 años de la Congregación.
Llegar ahí, fue un regalo que agradezco al Buen Dios.
Rodeio guarda en su seno una historia valiosa: el nacimiento de la Congregación, pero no sólo historia, también la misión, la entrega, la donación, la pasión por el Reino de Dios que motivó a las primeras tres hermanas y a cada una de las que hasta hoy continúan regando la semilla en diferentes lugares dentro y fuera de Brasil.
La convivencia con las hermanas ancianas también es un regalo, pues son el reflejo de que la misión iniciada un 14 de enero de 1915, no quedo en historia.
Esta experiencia, no sólo es motivante, sino también desafiadora.
Conocer y compartir con varias hermanas es para mí, estrechar lazos de amistad, de fraternidad, de misión…
Regreso a Guatemala, llevando en mi corazón con mucho cariño y reverencia a cada hermana y toda la experiencia vivida.
Agradecida y con alegría digo:
“Gracias Señor, porque de ti vienen todas las cosas buenas.
Gracias a cada hermana por acogerme en su corazón.
Gracias por cada gesto y cada detalle de cariño.
Pido al Dios de la Vida que guarde a cada una, que las acompañe siempre, que recompense al ciento por uno su entrega, su esfuerzo, su pasión por el Reino, por el simple hecho de dar un Sí, con alegría y generosidad”.
Gracias Señor, porque cada una de mis hermanas
es un don tuyo”.
¡Paz y bien!
Comentários
CON CARIÑO, HNA ELIZA
Le pedimos a Dios que el nos abra camino para que continuemos siendo testimonio para las demás jóvenes que nos conocen y que quieren asumir nuestro estilo de vida.
Nos alegra saber que ir a Brasil, conocer la cuna de la congregación, conocer tantas otras hermanas, tambien las hermanas ancianas que fueron y son las columnas de la congregación, te fue una buena experiencia
Oxala te ayude a vivir con mas intensidad tu vocación
Grande abrazo