Paraguay lindo por su naturaleza, con las flores de Lapacho que con su belleza alegra y encanta, así es también el pueblo que con su sencillez y alegría viven, mismo en las dificultades transmiten alegría y cautiva con su sonrisa.
En todo Paraguay hay la cultura del agro negocio donde se explota nuestra madre Tierra tumbando los montes y contaminando el aire con el uso de agrotóxico, donde los pequeños son obligados a dejar su tierra para vivir en los grandes centros.
Como hermana Catequista Franciscana en esta realidad muchas veces me pregunto: ¿Señor que quieres de mí?
La realidad es desafiadora y grita por justicia principalmente para los más pequeños. Pero la misión no son solo desafíos y dificultades hay también muchas alegrías principalmente en el rostro de los jóvenes de esta realidad donde vivo. Mi misión con la juventud es estar en medio de ellos como Hermana Catequista Franciscana siendo esta presencia de amor y acogida, entender y comprender sus sueños y anhelos. Es luchar con ellos y estar con ellos.
La misión sigue con esta alegría con un grupo de madres en un trabajo con una huerta que se llama “Huerta Franciscana Semillas de esperanza”. Con este trabajo se quiere concientizar a las madres del cuidado con el medio ambiente, el trabajo en grupo, no usar agrotoxicos y toda la formación de valores y auto estima de las madres durante el trabajo y en los momentos de formación.
“Esa alegría que habéis recibido gratis de Dios, por favor, dadla gratis (cf. Mt 10,8), porque son muchos los que la esperan. Y la esperan de vosotros” (Papa Francisco).