Este encuentro participativo y enriquecido
por la experiencia de cada una,es agua fresca
que nos anima y fortalece para continuar en este camino
profundizando nuestra motivación
en el seguimiento de Jesús.
Con música de júbilo desde Angola, Brasil, Congo, Guatemala, Paraguay y República Dominicana, llegaron las jóvenes aspirantes y postulantes de la congregación de las Hermanas Catequistas Franciscanas. El domingo 21 de agosto, fue un día esperado con dedicación, alegría y entusiasmo. Fue nuestro primer encuentro online con el deseo de conocernos y compartir nuestra experiencia de vida y misión en este proceso formativo.
Iniciamos con el momento orante donde María Magdalena salió a nuestro encuentro para compartirnos su experiencia con Jesús. Ella, mujer que despierta un nuevo amanecer, preocupada y viviendo el dolor porque no encontraba a su Maestro, no desiste, y pronto… ¡Buena Notica! En la búsqueda insistente escucha su nombre: María. Su persistencia no fue en vano, el Maestro le habla y la envía como discípula misionera (cfr. Jn 20;1-18).
A veces las preocupaciones, las distracciones o estar enfocadas en cosas superficiales, nos impiden escuchar la voz de Jesús y eso bloquea nuestro proceso. María Magdalena nos enseña a esperar cada mañana para vivir con alegría, esperar un cambio en nuestra vida que nos ayude a crecer como personas, como mujeres. Cada día, soñamos con una Buena Notica como la que ella recibió. Somos invitadas a vivir con esa esperanza y confianza en este proceso que llevamos adelante.
En ese ambiente de Buena Noticia, así fue nuestro encuentro, pasamos al segundo momento para conocer nuestros rostros… ¡Qué belleza! Rostros distintos de culturas distintas, fue emocionante saber que, en medio de las diferencias, también hay similitudes entre nosotras. Nos llena de alegría saber que en la diversidad cultural podemos crear lazos de hermandad y avanzar juntas por un mismo proyecto: el seguimiento de Jesús, siendo partícipes y abiertas a esa propuesta del Reino de Dios, insertadas entre los más pobres y oprimidos, que sufren por las injusticias que se comenten por las estructuras dominantes de nuestros países. Aprender más de nuestras culturas, es importante para ser más conscientes y conocer nuestra esencia como persona.
¡Alegría y gratitud! Fue el sentimiento que suscitó en nuestro corazón, al ver que somos jóvenes con deseos de vivir y experimentar una vida diferente, como religiosas. Este encuentro participativo y enriquecido por la experiencia de cada una, es agua fresca que nos anima y fortalece para continuar en este camino profundizando nuestra motivación en el seguimiento de Jesús. Una experiencia de sororidad que nos ayuda para ser auténticas seguidoras de Jesús y gritar con nuestra vida que vale la pena seguir proclamando y haciendo realidad la Buena Noticia del Reino de Dios.¡Hemos visto al Señor en nuestros rostros y en nuestra propia vida! Nuestra gratitud a las hermanas que nos acompañaron y organizaron este este bello y significativo encuentro. Gracias por su sintonía y cariño para cada una de nosotras.Que Clara y Francisco de Asís junto a Amábile, María y Liduina, intercedan por cada una.
Nuestro abrazo sororal de paz y bien.