Santa María de Guadalupe, la morena del Tepeyac, la mujer, hermana,
madre del pueblo.
Tu nombre original Tonantzin, aunque el pueblo indígena mexicano,
no comprendía por qué cambió tu nombre, seguiste siendo “nuestra madre”
(en idioma náhuatl).
Fue en el año 1531, cuando, en territorio mexicano, en medio de un contexto político y religioso de invasiones y guerras, la Virgen de Guadalupe aparece por primera vez al indígena Juan Diego Cuauhtlatoatzin, un 9 de diciembre. Hace cuatro apariciones, siendo la última un 12 de diciembre de ese mismo año, fecha que se venera hasta hoy. En sus apariciones la virgen morena, como es también conocida, pide que se le construya un templo en el cerro del Tepeyac. Al igual que otros pueblos de la Abya Yala (Latinoamérica), el pueblo indígena mexicano también vivía su propia espiritualidad, y antes que fuera invadida por los españoles, los pueblos ya veneraban a la diosa Tonantzin, una diosa que además de belleza, simbolizaba las fuerzas femeninas y de fertilidad.
Aunque las características de la Virgen de Guadalupe no eran iguales con las de Tonantzin, la guadalupana se vuelve cercana a los indígenas por mestizaje, es acogida y venerada por el pueblo como la Madre de Dios, en la advocación de Nuestra Señora de Guadalupe.
La devoción se expandió por todo el territorio mexicano hasta salir de las fronteras. En muchas partes de la Abya Yala, la Virgen de Guadalupe es venerada con gran fervor. Para la mayoría, ella es la Madre del pueblo indígena, campesino y pobre, aunque no existe en todos los feligrese, una conciencia del contexto histórico en que sucedió aquel acontecimiento, sin embargo, es venerada, inclusive como una diosa.
En Guatemala, las parroquias que la tienen como Patrona, celebran con profunda devoción su día. Es una de las celebraciones de la religiosidad popular más fuertes en el país. Niños y niñas vestidas con trajes mayas para hacer la visita a la Virgen morena, como gusta de llamar. Hay una identidad profunda de las madres, orando ante la virgen, con lágrimas en los ojos con la certeza que ella, escucha sus oraciones y entiende sus corazones.
La Virgen de Guadalupe, se ha vuelto tan familiar del pueblo, que muchos la llaman la morenita, la muchachita (como llamaba el indio Juan Diego), una manera de sentir su cercanía.
Santa María de Guadalupe, nuestra madre, como te llama el pueblo, Tú que te hiciste cercana a tu pueblo oprimido y esclavizado, que en tu corazón guardaste todo lo que vivieron nuestras hermanas y hermanos cuando apareciste en el Tepeyac.
Tú, Virgen morena, que no fuiste indiferente al dolor y humillación
que causaron a tus hijos e hijas aquellos
que pisaron tierra sagrada y la saquearon.
Viste con tus ojos de madre la crueldad con que fueron arrebatados de sus tierras,
de sus culturas, de sus creencias y espiritualidades,
a ti Madre nuestra, te rogamos, te pedimos,
te suplicamos, escucha nuestro clamor, sigue acompañando nuestras vidas y nuestras luchas,
para que no permitamos más invasiones y esclavitudes
del sistema opresor actual.
Danos la fuerza, la esperanza y fortalece nuestra fe
para cantar contigo el canto de liberación y de amor.
¡Gracias, gracias, gracias! Santa María de Guadalupe!