Doy gracias al Dios Padre y Madre por su bondad y por la oportunidad de iniciar esta experiencia del noviciado en la fiesta del Inmaculado Corazón de María, la Madre que siempre camina con su pueblo. Una fiesta acompañada de todas las hermanas aquí en Guatemala, mi familia y amigos. También agradezco de todo corazón la presencia de Hermana Beatriz Maestri, Ministra Provincial, y de Hermana Alzira Munhoz que han llegado de Brasil días antes y ahora están presentes en este acontecimiento de mi vida y proceso de mi vocación.

        Agradecida también con todas las hermanas que aún en la distancia han estado unidas conmigo en esta experiencia, el Señor recompense al ciento por uno a cada una por ese gesto generoso y fraterno.

       Que San Francisco y Santa Clara de Asís les sigan acompañando en este caminar para seguir siendo instrumentos de paz y bien en un mundo necesitado de saber que el Reino de Dios está ya presente. Con el corazón agradecido un abrazo fraterno a todas.